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Módulo 1: Equidad de género
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Diferencias sexuales, desigualdades sociales

El trabajo reproductivo

Como lo evidencian numerosos estudios sobre género y trabajo(9), las desigualdades entre hombres y mujeres en el ámbito laboral están también relacionadas con la distribución del trabajo doméstico o trabajo reproductivo.

Las actividades reproductivas, además de constituir una producción de servicios, son indispensables para cuidar a las personas, permitiéndoles trabajar y realizar actividades que contribuyan al desarrollo integral de los seres humanos, como individuos y como especie. Sin embargo, en nuestra sociedad, las tareas ligadas al trabajo reproductivo, realizadas en la esfera privada y en general no remuneradas, son socialmente desvalorizadas, no siendo consideradas trabajo ni por las personas que las realizan, ni por el sistema económico vigente.

Un estudio realizado por la Fundación Jaume Bofill en 2001-02 sobre la división del trabajo doméstico y familiar en Cataluña, basado en entrevistas a 1991 hogares catalanes, muestra que el sexo sigue siendo el factor determinante para la realización de este trabajo. Algunos resultados de este estudio son: 

  • La distribución del trabajo doméstico entre hombres y mujeres sigue siendo muy diferente: las mujeres se encargan de 72,1% de las tareas del hogar y los hombres de 22,7%.

  • Sólo una de cada 10 parejas se reparte el trabajo equitativamente.

  • Se asiste a una diferencia generacional en la división del trabajo doméstico. Así, las generaciones más jóvenes comparten más igualitariamente este trabajo con sus parejas y cuanto más alto es el nivel de estudios, más los hombres comparten el trabajo doméstico con sus parejas.

  • 2 de cada 10 hogares en Cataluña pagan un servicio externo para la realización de las tareas domésticas y, en menor medida, para el cuidado de alguna persona dependiente del hogar. En general, es mano de obra femenina asalariada y sin contrato.

  • Son las mujeres las que, en general, se encargan de la crianza de los hijos e hijas y del cuidado de las personas adultas dependientes o con necesidades de atención especial.
Debido al actual desequilibrio en el asumir de responsabilidades pero también de las posibilidades, entre el mundo doméstico y el mundo laboral por parte de hombres y de mujeres, es muy importante devolver, o tal vez crear, la importancia del trabajo doméstico, espacio vital individual de cada ser, donde empieza la socialización del mundo de los niños y niñas y que permite construir el mundo único de cada adulto.

Si las mujeres asumen todas las tareas que acarrea el trabajo doméstico, significa que ellas reducen inevitablemente sus oportunidades de desarrollo profesional y personal y que los hombres seguirán perdiendo la oportunidad de asumir y disfrutar de este espacio.

La valoración del trabajo doméstico influencia necesariamente el replanteamiento de las relaciones de género, la construcción de nuevas identidades masculinas y femeninas, la relación con el cuidado de otros, en particular de los hijos e hijas y el cuestionamiento de cada uno y cada una de nosotros/as en cuanto seres productivos, pero como individuos con necesidades propias para allá de las productivas. Por esta razón, este es uno de los temas relacionados con la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres que podrá ser incluido en la programación escolar, de forma a sensibilizar a los chicos y chicas para la importancia de asumir las responsabilidades domésticas de una forma equitativa.

9. ver Teresa Torns, Commas d’Argemir, Cristina Carrasco, entre otros/as