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Módulo 1
Equidad de género

Módulo 2
Interculturalidad

Módulo 3
Ciudadanía

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Módulo 2: Interculturalidad
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Hacia el encuentro con lo diverso

Dificultades a la llegada

Además de los duelos por los que pasan las personas cuando llegan a vivir a un nuevo territorio, son también varias las dificultades con las que se encuentran en su integración, como por ejemplo: 
  • Dificultades de comunicación y de comprensión mutua (cuando existe el desconocimiento de la lengua).
  • Desconocimiento mutuo de los códigos de referencia culturales.
  • Prejuicios, estereotipos y conflictos en las relaciones.
  • Desconocimiento y falta de información sobre el funcionamiento de la sociedad de acogida, tanto por parte de la población inmigrante, como por parte de las personas trabajadoras en los servicios de acogida (OTG, Ayuntamiento, Centros de Atención Primaria, etc.).
  • Dificultades de acceso a los servicios existentes.
  • Falta de conocimientos y de herramientas para trabajar la interculturalidad por parte de los y los profesionales de los países receptores.

  • Inadecuación de las metodologías de intervención a las diferentes especificidades de género y cultura.
  • Vulnerabilidad psicosocial de las personas que hacen procesos migratorios, en especial las mujeres, por su situación de mayor vulnerabilidad en la sociedad de acogida.
  • Vulnerabilidad jurídica, social y económica.
  • Falta de perspectiva de género en las políticas de inmigración y acogida.
  • Ausencia de bagaje cultural básico (lengua, hábitos, etc.) sobre el cual se estructura el mercado de trabajo o el sistema educativo de las sociedades receptoras.
  • Dificultades en la homologación de titulaciones.
Además, las personas inmigradas están sujetas a discriminación por varias otras razones: al rechazo que pueden sufrir por racismo, se une otro de clasismo provocado por las condiciones sociales en las que se ven abocadas a vivir, por la desigualdad social.

En el caso de las mujeres se les junta un otro factor de discriminación, la discriminación por género, pues hay algunos factores estructurales que dificultan la inserción de la mujer inmigrante, como sea la existencia de un Estado de estar masculinizado, que estereotipa los roles de las mujeres y que promueve su integración a las tareas reproductivas para compensar las desigualdades de ese mismo Estado, además de un mercado de trabajo segmentado y de políticas discriminatorias (política de contingentes, regulación de la reagrupación familiar, etc.)

Otra dificultad de las personas que inmigran a través del sistema de reagrupamiento familiar, es que esta ley está todavía basada en el modelo de la mujer cuidadora y el hombre proveedor, en que es el hombre quien inmigra y la mujer quien cuida el espacio doméstico, e impide que la persona reagrupada pueda trabajar. Aún que la ley ya fue reformulada, la pareja que viene por reagrupamiento familiar está siempre en desigualdad de condiciones, pues no puede trabajar a tiempo completo ni devengar más que el sueldo mínimo, lo que afecta su desarrollo profesional además de la economía familiar. Además hay otra triste ironía en la nueva ley que espera ser aprobada, la reagrupación familiar pasará a estar limitada para los y las ascendentes de las personas inmigradas. Las sociedades de acogida necesitan mano de obra extranjera para cuidar a sus adultos mayores, tanto en el cuidado directo como para garantizar el pago de las pensiones y prestaciones sociales, pero las trabajadoras y trabajadores extranjeros no podrán traer y cuidar a sus ancianos y ancianas.

También las situaciones de ilegalidad y de inestabilidad laboral y de residencia provocan una sensación de tensión constante. En el caso de las mujeres, la subordinación al estado civil en los casos de migración a través de la reagrupación familiar, la falta de asesoramiento jurídico, y el poco interés demostrado por las Administraciones por los temas relacionados con las dificultades específicas de las mujeres inmigrantes acrecientan el estrés que, cada vez más, padecen éstas mujeres. Para las mujeres que emigran solas, existe, además, la posibilidad de embarazos no deseados que les colocará en situaciones de desamparo total, que por veces incrementa la prostitución como medio de subsistencia.

Las realidades y dificultades que las personas migrantes padecen cuando salen de sus países y llegan a las sociedades donde van a residir durante un largo tiempo, a veces el resto de sus vidas, tienen sin duda de un fuerte impacto a nivel psicosocial. Las estrategias de supervivencia e integración que encuentran para hacer frente a la adversidad dan prueba de la enorme capacidad de resiliencia del ser humano, y de la fortaleza y coraje que tienen estas personas con quienes nos encontramos a diario.

Introducido el tema de la inmigración, nos volcaremos ahora sobre el proceso de convivencia e integración entre las personas inmigradas y las sociedades receptoras.