Presentación y Metodología | Fundación Surt | Descarga de documentos | Créditos | Contacto | Mapa web 

Módulo 1
Equidad de género

Módulo 2
Interculturalidad

Módulo 3
Ciudadanía

Otras dinámicas

Consultar
Castellano Català
Módulo 3: Ciudadania
A A A

Construyendo ciudadanía y participación

La división sexual del trabajo

De la misma forma que el género es un limitante en cuanto al acceso a la educación o al trabajo, es también un factor que influencia la participación ciudadana, en particular la de las mujeres. Como ya vimos en el módulo 1, durante muchos y muchos siglos estuvo presente en la lógica social predominante que las diferencias biológicas de hombres y mujeres establecían una división sexual del trabajo: al hombre le tocaba el trabajo remunerado, en lo espacio público, y la mujer se encargaba del trabajo reproductivo, el cuidado del espacio doméstico y privado. Además, se consideraba que las mujeres no tenían ni la formación, ni las capacidades para poder asumir las decisiones serias que se tomaban en los espacios decisivos de las naciones, predominando una idea de relación entre hombre/mujer en que el primero era considerado superior.

Después de esta exclusión de siglos, hoy día, y pese a las muchas desigualdades que aún persisten, las mujeres tuvieron una grande entrada al trabajo remunerado, a la formación, al control de su cuerpo y de su sexualidad, de sus derechos como ciudadanas y como mujeres. Y también los hombres y el sistema social predominante van dando pasos en el sentido de la transformación y el reconocimiento de la igualdad entre hombres y mujeres.

Sin embargo, la transición es lenta y está aún muy presente en los imaginarios colectivos que las mujeres son las responsables por las tareas domésticas y por el cuidado de las personas. Así, muchas mujeres siguen asumiendo el trabajo reproductivo, conciliándolo con el trabajo remunerado, lo que hace con que tengan una doble jornada de trabajo y se limite su tiempo para poder ejercer la ciudadanía en igualdad de condiciones.

Guzmán defiende que “las normas que regulan la división del trabajo dentro de la familia restan tiempo a las mujeres para acceder al espacio público, mientras que liberan a los hombres para la producción del mercado gracias al trabajo doméstico realizado por ellas”(12) . De igual forma, Jutta Marx observa que “la mayor presencia que logran las mujeres en el ámbito público no se ve correspondida por una redistribución de las obligaciones en el ámbito doméstico. El hecho de que la mayoría de ellas sean todavía las principales responsables de la organización de la vida doméstica lleva a una yuxtaposición de la actividad política con otros roles, que no sólo significa una sobrecarga, sino que exige de ellas -unilateralmente- que actúen en forma constante y simultanea en ámbitos que se tensionan entre sí”.(13)

La división sexual del trabajo es una limitación seria al ejercicio de la ciudadanía de las mujeres, y es más grave cuanto menores son sus posibilidades económicas. Esta acumulación de tareas hace con que el tiempo de las mujeres para participar de una forma más activa en la ciudadanía, se vea fuertemente recortado y limitado. Así, la repartición de las tareas domésticas de una forma equitativa entre hombres y mujeres es un asunto de la vida privada, pero es también un asunto de la vida pública.

12.Guzmn, Virginia. 2002. opus cit pp. 14

13.Marx, Jutta, 1994 Mujeres, participación poltica y poder e capacitación poltica para mujeres: gnero y cambio social en Argentina actual. Buenos Aires. Seminaria editora. Pp. 127