El proyecto LIBES detecta «fundamental para la recuperación» ofrecer asistencia a largo plazo a víctimas de tráfico de de seres humanos
La asistencia a largo plazo es fundamental para aumentar la seguridad y estabilidad que permitan a las persones víctimas de tráfico de seres humanos recuperarse de manera integral y duradera. Así lo concluye un estudio desarrollado dentro de el proyecto LIBES , en que Surt participa junto a las entidades On the Road, Società Cooperativa Sociale y CAW Antwerpen.
La iniciativa europea se propone mejorar el acompañamiento ofrecido a personas supervivientes de tráfico, una vez inician procesos de autonomía hacia la vida independiente. «Esta transición la entendemos como un proceso, no la concebimos como asistencial y ambulatoria», concretan desde el proyecto, a la vez que remarcan que con la idea de «integración» hacen referencia a un proceso de recuperación e inclusión social y económica en el país de acogida después de una experiencia de tráfico».
El análisis elaborado por la organización italiana On the road parte de una muestra de 54 personas -40 mujeres víctimas de tráfico para la explotación sexual y 14 hombres víctimas de tráfico con finalidad de trabajo forzado- que han vivido situaciones de tráfico de seres humanos y que actualmente son atendidas por organizaciones especializadas de Italia, Alemania, Bélgica y Cataluña.
El estudio comparativo considera que, si bien en la mayoría de los países de la Unión Europea hay un sistema de apoyo estable, sobre todo en cuanto a la respuesta inmediata y de asistencia a corto plazo a las víctimas de tráfico de seres humanos, la atención a largo plazo sigue planteando retos, tanto en la capacidad de dar respuesta a un alto porcentaje de personas atendidas, como de promover un abordaje integral que cubra las necesidades de los y las supervivientes.
«La asistencia a corto plazo suele ser insuficiente para fomentar la inclusión social y económica de las víctimas de tráfico de personas», concluye el informe, a la vez que remarca que durante la fase de transición a la vida autónoma, surgen necesidades muy específicas, en que la falta de apoyo a largo plazo puede, no sólo comprometer el plan de vida de la persona, sino también recrear dinámicas de vulnerabilidad y mayor revictimización.